Entraron a trompicones en un urinario vacío. Con toda la cara llena de marcas de carmín, él, la empotró de frente contra la puerta. Ella gimió cuándo le levantó la falda y le lanzó un palmada en la nalga. Ella misma se bajó las bragas, contorneando las caderas y con las palmas apoyadas en la puerta. Él las recogió del suelo y se las guardó en el bolsillo de la camisa. La volvió a aplastar contra la puerta volcando el peso de su pecho contra su espalda mientras se desabrochaba el pantalón. Se sacó la polla hinchada de los calzoncillos.
– ¿La echabas de menos, zorra? – le dijo mientras la restregaba por sus labios empapados y le agarraba las muñecas tras la espalda.
– Sí… mucho… -jadeó ella.
– ¿Cuánto? Dime, ¿cuánto la echabas de menos? – le susurró él al oído.
[…]
A. Irles
Imagen: http://sacatelos-calzones.tumblr.com/post/95588498871
Es bueno echarla de menos.
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Así es más divertido, no?
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wow, qué potente el primer párrafo! llegué a sentir la textura áspera de las paredes del baño contra piel empotrada… :p
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Soy muy de baños jajaja
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Un bañófilo de los de toda la vida!!!
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Buenas!! Te dejo por aqui un blog para que le eches un vistacito, sube un poema cada dia y esta escribiendo un libro, espero que te guste http://manuelnaranjo5.wordpress.com
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Hola, gracias por pasarte, lo visitaré cuándo pueda 🙂
Saludos,
A.
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Wow! Bueno! Te quería contar que he nominado tu blog al WONDERFUL AWARD; pàsate por mi blog para que leas acerca de esta nominaciòn. ¡Felicitaciones! y gracias por escribir.
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Pues ahora me paso por tu post y lo leo. Muchas gracias por la nominación! 🙂 🙂
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