Os llevo a un paseo por Paris XIII, el barrio chino y de las torres blancas y exageradamente cuadradas. Tan cuadradas y separadas entre sí que no tienen sentido pero hipnotizan, especialmente en un día claro de otoño como este, con el sol dorando una sola de sus fachadas. Cada ventana está más cansada que la de al lado y todas varían en gente habitando sus interiores y en estilo de decorar sus cristales. Pero todas son parisinas: todas escupen luces de colores al exterior y se hartan de paredes grises en el interior; en todas habita alguien que acompaña con agua de grifo el pan duro y la comida recién descongelada.
Había tanta luz que no me decidía a cuánta robar.
A. Irles
Mirando de soslayo al campanario. Velocidad de obturación baja. Paris XIIIMirando de soslayo al campanario. Velocidad de obturación media. Paris XIIIMirando de soslayo al campanario. Velocidad de obturación alta. Paris XIIILa misma iglesia acorralada, con otro punto de vista. Paris XIIIPuccini tiene algo detrás: una red llena de renacuajos que escapan. Paris XIIIPuccini, a solas, y con más luz. Paris XIIIPuccini, a solas, y con menos luz, pero más intenso. Paris XIIILos renacuajos no tienen a dónde ir. Puccini, a solas, y con más luz. Paris XIIIPuccini, for ever. Paris XIIIStairways to heaven. Paris XIIINo tienen a dónde ir. La red es su única amiga. Paris XIII.¿No tienen a dónde ir? Les queda el arte. Paris XIII. Galerie Itinerrance Efidis.
No soy yo, soy mi álter ego, todavía en paradero desconocido. Andará perdido por alguna biblioteca akásica o tirándose a alguna de mis musas...
https://otraresacamas.com/about/
Lee todas las entradas de A. Irles