… y creo que no hace justicia con mi blog… ¿no? ¿qué opináis?
… y creo que no hace justicia con mi blog… ¿no? ¿qué opináis?
– ¿Por qué son “nanos” y “chonis”? No lo entiendo – faltan cinco minutos para que comience el “pum pum pam pim pum pum” y estábamos en todo el meollo – A ver, me explico: los llamamos “nanos” porque de cada siete palabras, nueve veces son “nano” ¿no?. ¿Y ellas? ¿Entendéis? Ellas no dicen “choni, choni, choni”, también dicen “nano, nano, nano” ¿No? ¿Entonces? ¿Cómo las llamamos? ¿Las nanos? ¿Nanas?
– Esta conversación no tiene sentido alguno, y lo sabes – era mi subconsciente, que escribe (y habla) en cursiva… supongo que por alguna manía rara, para diferenciarse en algo de mi “consciente” o yo qué sé…
A nuestro alrededor, un amasijo de carne, de valencianos, de guiris, de turistas “normales”, de niños, abuelas, más abuelas, codos afilados, codos gruesos, codos pequeños y codos enormes, pisotones en los tobillos, soplidos en las nucas… El aire abarrotado, atiborrado de partículas sudoríferas de todo tipo de sobacos, saturado de sol, luz y empellones. Cientos, miles de ojos entornados observando con fijeza a cientos (miles) de coronillas y sombreros con publicidad chorra. Y yo, en medio, confuso, perdido y hablando solo.
– Tiene tanto sentido como estar aquí: ¿cuántas mascletás has visto en tu vida? ¿más de una? ¿no te sobra? ¿Con cuánta gente te has tropezado y empujado durante los últimos cuarenta y cinco minutos? Dime la verdad, ¿a cuántas señoras has querido abrir en canal y luego colgar sus tripas, a modo de pacífica indicación de tu estado de humor, de la estatua de Vinatea?
– Pero… hace sol y… estamos todos y…
– Estáis todos, pero hablas conmigo.
– Es más sano, lo intuyo…
– ¿Qué dices? – este no era ni yo, ni mi “subyo” – ¿chonis? ¡Joder! Es que son chonis, no nanas. Fíjate bien. Esos cinco son nanos, y esas dos chonis. ¡Está claro! – decía el otro señalando a un grupo de siete que se encontraba a ¡30 centímetros de nosotros! – La pregunta es: ¿de dónde coño salen? El resto del puto año, aquí no hay nadie de esta peña.
– Pero eso no es lo peor. ¡Mira esos del pañuelo! La familia esa, o esa, y esta, o aquella – otro que no era mi “subyo”, señalando a diestro y siniestro – podrían irse a su puto barrio o pueblo o lo que sea… Tengo que aguantar yo toda esta gente, las trompetitas de los cojones, los petarditos y todas sus mierdas. Y encima su aguda dialéctica: “¡Ieee nano! Si no te gusta no haber venido a Valencia, ¿entiendes o qué?” ¡Si nosotros somos los que vivimos aquí! ¡Dios! ¡Cuánto subnormal!
En ese momento… pim pam pum pum pum pum pam pum pum
– ¡Calla que nos acabaremos llevando un tortazo!
– Ssshhhh, xe! ¡Que no escolte!- un saco de músculos y ciclos, de movimientos nada gráciles (hay que decirlo) nos apuntaba con el dedo índice tamaño morcilla.
pim pam pum
– ¡Pues cómpráte un sonotone, nano!
pum pum pum
– Hostia A., ¿has visto las tetas de ese tío? tiene más escote que mi…
pam pim pim
– ¿¡Qué dices?! – era su… – bueno… la verdad es que sí, ¡vaya tela!
pum pum pum
– ¡Es como una cabeza! ¡Pero de silicona!
– ¿Has visto a esa? ¿Está llorando?
– Se ha emocionado… ha sido ese “pum” el cuarto,ha sido mágico…
-¡Napalm! ¡Coño! ¡Napalm! Y a la mierda todo.
Definitivamente, era mejor hablar con mi subconsciente, al menos los riesgos de salir con un ojo morado y alguna costilla astillada eran menores.
pum purrum pum pum puuuum pum pim pim puuuum
Y, 4 minutos después, catapum chimpum.
– Pues – dije yo – no sé, ¿os ha gustado? Le he visto falta de ritmo ¿no?. No tenía musicalidad alguna, un poco decepcionante, la verdad.
– Vete a emborracharte y cállate. Gilipollas.
A. I. M.
Imagen central http://hashtagmedyogutom.tumblr.com/post/50895728562
Imagen final http://www.sagitaire17.com/2010/02/fallas-mascleta-valencia-fotografia.html (realizada por un valenciano de pro,un amante de las fallas y un seguidor del VCF, visitad su página que merece la pena! Gracias por la foto.)